Beyoncé y la conspiración de las pirámides

«–Beyoncé, eres una estúpida y una maleducada. ¡Fuera de las pirámides!».

Esto es lo que, más o menos, le vino a decir el mediático arqueólogo Zahi Hawass a la diva del pop hace un par de meses.

Al parecer, según recoge la noticia del diario británico The Independent, Beyoncé aprovechó su paso por Egipto con motivo de la gira I Am… para acercarse a las pirámides de Gizah y que le hicieran las fotos pertinentes. Icono sobre icono, vamos. Sin embargo, la visita no fue del agrado de Zahi Hawass, guía ex professo, quien afirmó que la cantante llegó con retraso y no mostró interés por nada. Así que, al final, el arqueólogo se vio obligado a expulsarla de su tour –y supongo que también él lo estará del de Beyoncé.

Lo que se produjo, en realidad, fue un choque de trenes. Hawass, el «Indiana Jones de Egipto», inmiscuido en acusaciones por corrupción, desenvuelto como pez en el agua en los mass media, imán para conferencias multitudinarias… levantándole la voz a Beyoncé, diva entre las divas, uno de los iconos musicales del siglo XXI. ¡Conflicto en el mainstream!

Pero todo esto es lo de menos. ¿Qué buscaba Beyoncé con su visita a las pirámides? ¿Qué oscuros propósitos le guiaron hasta allí? (Y obviaré otro porqué: el de ir vestida en plan sacerdotisa-sexy).

Beyoncé en un camello visitando Egipto

Beyoncé imbuida de milenarismo.

Os voy a contar una cosa que seguramente desconoceréis. Y, seamos sinceras: yo tampoco lo sabía hasta que me he propuesto escribir el post sobre el conflicto Hawass-Beyoncé. En cualquier caso, os va a dejar de piedra.

Desde hace un tiempo se ha acusado a la cantante de realizar en sus conciertos toda una serie de gestos que parecen –dicen– estar directamente vinculados con los Illuminati, entre ellos evocar la pirámide, símbolo de esta sociedad secreta.

La última de sus manifestaciones tuvo lugar en la Superbowl, delante de miles de aficionados.

Beyoncé haciendo el guiño a los Iluminati durante la Superbowl

Beyoncé haciendo el guiño a los Illuminati durante la Superbowl.

Pero la lista de ejemplos es muy larga, como demuestran las siguientes imágenes.

Rigurosos estudios demuestran, además, que el videoclip de su gran hit All the single ladies está cuajado de alusiones satánicas. Leed esto y decidme si ahora sois capaces de ver esto de la misma manera. Todavía más, algunos afirman que Beyoncé ha sido poseída por el diablo en plena actuación: mirad estas escalofriantes imágenes.

¿No os dais cuenta? ¡Está tratando de difundir su mensaje entre las masas! ¡Menudo descaro! Y esto es como lo de repetir tres veces el nombre de Beetlejuice o el de la niña muerta frente al espejo. No os la juguéis.

Lo mejor de todo es que no es la única popstar que hace apología de la poderosa sociedad secreta. También Lady Gaga y Rihanna forman parte de la conspiración y no dudan en evocar los símbolos en sus letras, videoclips y conciertos. A ver si os pensáis que lo del encabezamiento Rah-rah-ah-ah-ah-ah! de la canción Bad Romance de Lady Gaga no es una clara y evidente alusión al dios egipcio Ra, tan ligado a las corrientes del ocultismo en nuestros días…

Polémicas aparte, lo único que saco en claro de todo esto es que lo egipcio siempre está impregnado de creencias y supersticiones especialmente pegajosas. Ya sean conspiraciones y sociedades secretas o fenómenos paranormales, los iconos egipcios se convierten en recurso fácil para definir lo místico y lo misterioso. Y cuestiones como la historia de Beyoncé y los Illuminati no hacen sino alimentar la asociación de las pirámides –y, por extensión, de lo egipcio– con el ocultismo.

Moraleja: entre Hawass y Beyoncé… ¡estamos apañados!

PD: Hace unos días, revisando un libro de texto de Historia de 2º de Bachillerato, me encontré con ESTO:

Letra de Beyoncé en un libro de historia de la ESO

Efectivamente, es lo que estáis pensando: la letra de Crazy in Love de Beyoncé intercalada entre textos, mapas y fotografías del tema de la romanización del programa de Historia de España de 2º de Bachillerato. En un primer momento pensé que esta espontánea y creativa manifestación del o la estudiante en cuestión sería fruto del aburrimiento. Y no le vamos a culpar, pues, reconozcámoslo, estudiar la conquista romana de la Península Ibérica es un tostón.

Sin embargo, ahora me pregunto si no es algún tipo de mensaje críptico. El nombre ‘Beyoncé’ escrito a gran tamaño sobre la foto de Numancia, coincidiendo la ‘B’ inicial con el capitel de la columna, y la ‘e’ final con la intersección de dos muros, alineada directamente con la calle principal. Y ¿qué me decís del texto de la canción? ¿Por qué el principio está escrito justamente en 3 líneas? ¿Por qué no en 2 o en 4? Y ¿por qué el o la estudiante decidió escribir la letra de una canción de Beyoncé en la página 15 del libro? 15, 1+5, es decir, 6, que dividido entre 2 es 3…. Otra vez el 3, con tanto significado para la masonería. Y ¿acaso os habéis preguntado por qué precisamente esa canción, Crazy in love, dura 5:55 minutos?

Os diré una cosa: estamos rodeados. Andaos con ojo…