Hasta la invención del flamenco chill-out, la sana costumbre de la fusión había sido uno de los grandes logros de la Humanidad. La dinastía greco-egipcia de los Ptlomeos, la romanización de las periferias, el imperio-patchwork de Bizancio… Pero hay una fusión que a mí me gusta por encima del resto.
La de combinar referentes clásicos con elementos de la cultura mainstream del siglo XXI.
Vale que no es ninguna novedad, pero en este arte del mestizaje hay personas especialmente pródigas. Una de ellas es el diseñador norteamericano Bryce Wong. A pesar de que su ocupación principal es la del diseño de zapatillas –de hecho trabaja para marcas como Nike–, en su web personal y en redes sociales difunde parte de su trabajo como ilustrador, que incluye un buen número de bustos clásicos reformulados.
Entre sus series de inspiración grecorromana hay distintas tendencias. Algunas buscan la transformación de los bustos a través del desplazamiento o la distorsión de parte de los rostros.




En ocasiones, entremezclando lo analógico y lo digital.



Ahora bien, lo que a mí me hace verdadero tilín es su serie de bustos con sorpresa interior.
Se trata de una especie de «Bustos Sorpresa» con relleno mainstream –otras veces con cobertura–, en los que las solemnes efigies marmóreas conviven en pura simbiosis con algunos de los hits de la cultura de masas occidental. O sea, Bob Esponja, Chester Cheetah (el leopardo con gafas de sol de Cheetos), Nike, la Pantera Rosa, Sailor Moon o Homer Simpson.
Una muestra para vuestro goce personal:






Si os habéis quedado con ganas de más, podéis seguir el trabajo de Bryce Wong aquí.